Según la Real Academia Española, la palabra "Edén" significa:

1. m. Paraíso terrenal, morada del primer hombre antes de su desobediencia.
2. m. Lugar muy ameno y delicioso.

Podría decirse que éste no es por tanto el primer lugar en el que estuvo el hombre. Tampoco es delicioso si tomamos este adjetivo como el que describe a una comida por sabrosa y gustosa.

Sin embargo es mi paraíso y morada: el primer lugar en el que escribo sin temer desobedecer, sin normas estipuladas que seguir.
Eso implica que quizás lo que halles aquí no sea de tu agrado. Posiblemente te resulte de todo menos ameno y delicioso. O quizás, en él, halles el reflejo de circunstancias que tú también has vivido: sentimientos que tú también has tenido y con los que has debido lidiar.
Quizás eso haga que entre tú y yo, sin conocernos, se genere algún tipo de conexión que te haga leerme, escribirme y entrar en un bucle recíproco.

Sólo es un quizás. Eso no depende tan sólo de mí.
De mí sólo depende que este espacio acumule todo aquello que de otro modo no podría expresar.
Hacer de éste mi edén.

Espero firmemente que llegues a comprender, pues, que todo suceso acontecido en mi realidad no tiene porque ser plasmado aquí con exactitud. Ni si quiera que la linea de textos sigan el mismo orden cronológico en el que sucedieron o fueron escritos. Es bastante posible que gran parte de las lineas que leas no sean más que fruto de mi imaginación, sin mayor relevancia y transcendencia que esa. Así que, no trates de leer entre lineas en exceso o de averiguar "si esta historia está basada en hechos reales". Simplemente disfruta de mi morada.